Su fe debe estar fundada en su experiencia del poder de Dios, no en las palabras que los hombres hablan ni en lecturas. El poder de Dios es prometido para librarlo [separarlo] de sus pecados, lo cual es salvación. Usted es salvo por fe, y por fe su corazón es purificado; pero obviamente al comienzo de la fe usted no está purificado, ni es salvo. Usted debe contender por la fe, crecer en la fe, edificar su fe, aumentar en fe, perfeccionar lo que falte en su fe, pelear la buena batalla de la fe, hasta llegar a la victoria, cuando su fe sea consumada por el consumador; la fe es un proceso y una caminata, cuyo fin es ver a Cristo trayéndole la salvación, para darle la vida eterna.
Pablo aquí hace distinciones en su audiencia: "todos los que fuisteis bautizados en Cristo." Hay un Señor, una fe, un bautismo. El verdadero bautismo del Espíritu Santo, el único necesario, circuncida el corazón, al hundir el pecado y la iniquidad, y quita el cuerpo de muerte y pecado de la carne de manera que estamos sin pecado; un bautismo en la muerte de Cristo.
El
Espíritu santo también fue recibido con la imposición de manos de los
apóstoles. Esto parece ser similar a la manera en que Jesús le dio el
Espíritu a sus apóstoles cuando sopló sobre ellos y les dijo: Recibid el Espíritu Santo. Juan 20:22. Pero los apóstoles no recibieron el bautismo de fuego hasta el Pentecostés, cuando recibieron el poder:
Pero recibiréis poder cuando el Espíritu Santo haya venido sobre vosotros, y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria y hasta lo último de la tierra. Hechos 1:8. Los discípulos ya habían recibido el Espíritu Santo cuando Jesús sopló sobre ellos (la referencia anterior de Juan 20:22) y les dijo que fueran a Jerusalén a esperar el poder, que se describe de la siguiente manera:Al llegar el día de Pentecostés, estaban todos reunidos en un mismo lugar.
Y de repente vino un estruendo del cielo, como si soplara un viento violento, y llenó toda la casa donde estaban sentados.
Entonces aparecieron, repartidas entre ellos, lenguas como de fuego, y se asentaron sobre cada uno de ellos.
Todos fueron llenos del Espíritu Santo y comenzaron a hablar en distintas lenguas, como el Espíritu les daba que hablasen. Hechos 2:1-4.
Los apóstoles tenían el poder de la "imposición de las manos", al cual se le llama el baustimo del Espíritu Santo; pero este no era el bautismo de fuego que quemó la paja, (que quemó el pecado),
el cual ocurre al final de la caminata, no al principio. Este poder
estaba limitado a aquellos que estaban en el reino de Cristo, habiendo recibido poder de lo alto.
Estos hombres entonces cuidaron su rebaño, corrigiendo, advirtiendo,
exhortando, rebrobando, encomendando — para asegurar que ellos
estuvieran en el camino verdadero, y para que no fueran seducidos por el
engaño del pecado.
Hoy en día, no tenemos hombres tan perfectos, puros,
santos, vigorizados, que puedean hacer lo mismo. Por lo tanto, cada
hombre es desarrollado completamente por el Espíritu Santo, probado, y
después sellado con el depósito de garantía del Espíritu, la promesa de la finalización que ocurre en la segunda venida del Señor.
El desarrollo de los hombres por el Espíritu Santo sin alguien que
supervise físicamente, es necesariamente un proceso mucho más selectivo;
que toma mucho más tiempo, y que también es muy selectivo para asegurar
que cualquier hombre, sin un supervisor terrenal, no se desvíe del
camino después de recibir el depósito de garantía — trayendo así una
gran vergüenza a la verdad.